El margen de tiempo para lograr cero emisiones netas en el sector del transporte en carretera para 2050 se está cerrando rápidamente. Hemos extendido nuestro Escenario de Transición Económica al 2050 para comparar mejor las trayectorias con nuestro Escenario de Cero Emisiones Netas. Algunos segmentos de vehículos están casi en camino para alcanzar cero emisiones netas bajo el ETS; otros no.
Se necesita una intervención legislativa inmediata para manipular la curva hacia cero emisiones netas. Para que una flota mundial alcance la meta de cero emisiones netas para el 2050, los vehículos de cero emisiones deben representar casi el 60% de las ventas mundiales de vehículos de pasajeros nuevos para el 2030.
En nuestro Escenario de Transición Económica, los ZEV (vehículos de cero emisiones) solo alcanzan un 34% de la flota para ese año, aunque en algunos mercados la participación es mucho más alta. La flota de vehículos eléctricos asciende a 169 millones en el 2030 en el Escenario de Transición Económica, pero necesita crecer a 218 millones para la misma fecha en el Escenario de Cero Emisiones Netas.
Para los fabricantes de automóviles, sus modelos sólo pasarán por dos ciclos de actualizaciones hasta 2030, de modo que se necesitará que muy pronto haya certeza legislativa para invertir y lograr una mayor tasa de penetración. Esto es particularmente cierto para los países que aún no han controlado más estrictamente las emisiones de CO2 de vehículos o los estándares de ahorro de combustible. La adopción anticipada es vital para construir infraestructura y generar un interés más amplio en el consumidor.
Es necesario que los agentes políticos adopten medidas urgentes en todos los países en el segmento de camiones pesados, que es el que está más lejos de alcanzar cero emisiones netas. Para el 2040, los vehículos comerciales medianos y pesados de cero emisiones representan el 95% de las ventas en nuestro Escenario de Cero Emisiones Netas, pero solo el 30% en el ETS. Esto representa un "brecha de adopción" de 65 puntos porcentuales en el 2040.
Además de la introducción de normas más estrictas de economía de combustible o estándar de emisiones de CO2 para camiones, los gobiernos podrían considerar mandatos para la electrificación de flotas, incluidas las de gobiernos y de operadores de transporte. Los gobiernos también deberían considerar incentivos para que el transporte de carga se haga en camiones más pequeños que se pueden electrificar más rápido que los grandes. A nivel municipal, regulaciones más estrictas para vehículos que ingresan en áreas urbanas ayudarán a hacer que la economía de vehículos con cero emisiones sea más atractiva, especialmente para los operadores de flotas comerciales.
En contraste, la "brecha de adopción" es mucho menor para los vehículos de dos y tres ruedas (23 puntos porcentuales en 2035) y los autobuses (13 puntos porcentuales en 2035). Para los automóviles la brecha es considerable de 42 puntos porcentuales en 2035, lo que se debe abordar mediante el acelerado despliegue de infraestructura de recarga y políticas de apoyo adicionales en las economías emergentes.
En todos los segmentos, las ventas de nuevos vehículos de combustión interna deben eliminarse gradualmente poco después de 2035 para mantenerse en camino del Escenario de Cero Emisiones Netas. Incluso con eso, se necesitarán algunos retiros anticipados y conversiones de vehículos más viejos en la década de 2040.
La electrificación directa mediante baterías es el enfoque más atractivo y eficiente desde el punto de vista económico para descarbonizar el transporte en carretera, y se debería implementar siempre que sea posible. Los vehículos de pilas de combustible de hidrógeno pueden ayudar a llenar las pequeñas brechas de electrificación que quedan en algunos vehículos pesados, en regiones o ciclos de trabajo donde la implementación de baterías es difícil. En el Escenario de Cero Emisiones Netas, los vehículos de pilas de combustible de hidrógeno representan el 10% de los camiones comerciales medianos y pesados en 2050, alrededor del 16% de los autobuses municipales y menos del 1% de la flota de vehículos de pasajeros. El equilibrio es vehículos totalmente eléctricos.
Los vehículos eléctricos representan una oportunidad de mercado de US$7.000 millones entre hoy y el 2030 y de US$46.000 millones entre hoy y el 2050. Si bien hoy hay importantes fabricantes de VE, la enorme escala de crecimiento que se espera en las próximas décadas significa que existe una inherente incertidumbre sobre cuales empresas y países podrían llegar a dominar esta nueva cadena de valor. Los países deberían prestar seria consideración a cómo pueden crear valor agregado económico y empleos nacionales a partir de este crecimiento.
Los principales mercados de hoy (China, Europa, Norte América y Corea del Sur) han invertido grandes sumas tanto de fondos privados como públicos para permitir la transición a VE, pero los mercados de crecimiento futuro, como la India y otras economías emergentes, requerirán una inversión mucho menor. La escala que impulsan los principales mercados de hoy reducirá los costos de baterías e infraestructura de manera tal que el "costo de optar por eléctricos" para la próxima ola de países debería ser negativo. Las economías emergentes deberían prepararse para aprovechar esta tendencia en los próximos cinco años.
Considerando el menor impulso adicional necesario para doblar la curva de autobuses y los vehículos de 2 y 3 ruedas hacia cero emisiones netas, los responsables políticos deberían tener alta confianza de que las metas de electrificación en estos segmentos se pueden cumplir. Se deberían abordar políticas para estos segmentos sin demora.
Las inversiones en tránsito público y movilidad activa son una parte importante de la mezcla de soluciones necesarias para alcanzar cero emisiones netas, ya que pueden reducir la demanda y las millas de los vehículos, mientras que también ofrecen un beneficio de salud pública. Incluso una modesta reducción del 10% en kilómetros totales recorridos de automóviles a nivel mundial en 2050 puede hacer mucho más fácil la tarea de alcanzar la meta de cero emisiones netas.
Además de fomentar la producción de más vehículos de cero emisiones, los gobiernos deberían priorizar las inversiones en ciclismo y caminar, y permitir áreas urbanas de mayor densidad. Tras la pandemia del COVID-19, en momentos en que las finanzas de los sistemas públicos de transporte están bajo presión, los gobiernos deberían seguir invirtiendo en el desarrollo y expansión a largo plazo de estos sistemas. Todo lo anterior será necesario.