En el corto plazo, la adopción de VE será impulsada por mayor apoyo político, mejoras en la densidad energética y costo de las baterías, aumento en la construcción de infraestructura de recarga y un creciente compromiso por parte las automotrices a electrificar sus líneas. Proyectamos que las ventas de VE de pasajeros crecerán a 14 millones de vehículos en el 2025, comparado con 3,1 millones en 2020.
Consideramos que las ventas de nuevos vehículos de combustión interna de pasajeros alcanzaron su pico en el 2017 y están en declive desde entonces. La recuperación gradual en ventas de vehículos en general tras la pandemia del COVID-19, y la rápida adopción de VE en particular evidencian esta tendencia. Estimamos que para el 2025 la flota global de VE de pasajeros será de 54 millones, comparada a 12 millones, o 1% de la flota mundial en 2020.
Actualmente hay casi 600.000 autobuses eléctricos globalmente, que representan el 16% de la flota mundial de buses, y el 39% de las ventas en el 2020. China fue responsable de la gran mayoría de las ventas de autobuses eléctricos en el 2020, con más de 74.000 unidades vendidas, y el 98% de la flota mundial de autobuses eléctricos.
Estimamos que el rol de la China comenzará a disminuir a medida que las flotas de autobuses en algunas ciudades saturan su potencial de electrificación, mientras que la adopción aumenta en Europa, Norte América, Corea del Sur, sudeste de Asia, India y Sudamérica. Para el 2025 las ventas de autobuses eléctricos fuera de China podrían llegar a 14.000 unidades, comparado con 5.000 en el 2020. Los autobuses y los vehículos de dos y tres ruedas representan la mayor oportunidad para la electrificación en las economías emergentes en el corto plazo.
La adopción de VE en los segmentos de furgonetas y camiones comerciales está más rezagada, pero está creciendo. La combinación de más modelos disponibles, compromisos de flotas corporativas, costos favorables y la creciente preocupación por la calidad del aire urbano inclinarían el segmento de furgonetas comerciales livianas hacia la electrificación en los próximos años.
La electrificación también se está abriendo paso en los vehículos más pesados. En los ciclos de trabajo (duty cicles) urbanos, los camiones eléctricos de baterías de cualquier tamaño se convierten en la opción más barata para varios casos de uso en la década de 2020. Eso se debe a una combinación de factores, que incluye la rápida disminución de los costos de las baterías, modestos rangos de conducción y la penalización de eficiencia de los camiones a diésel en el tráfico urbano, que tienden a consistir en una operación congestionada y de paradas y arranques frecuentes.
Los camiones eléctricos pesados ya son económicamente atractivos en los ciclos de trabajo urbanos para mediados de la década de 2020. Las estaciones de carga a escala de megavatios, y la aparición de baterías de mayor densidad energética hacia fines de la década de 2020, hacen que los camiones eléctricos de baterías se conviertan en una opción viable para las operaciones de transporte pesado de larga distancia, especialmente para aplicaciones de volumen limitado.
La movilidad compartida a escala mundial está lista para repuntar a los niveles observados en el 2019 en los próximos dos años en algunos mercados, y hacia fines del 2021 en la mayoría de mercados. Para el 2025, la participación de la movilidad compartida en los kilómetros anuales recorridos por vehículos de pasajeros superará el 6% a nivel mundial por primera vez.